Dios el Conquistador: excluye a los hipócritas – Josué 13:22
Muchos dicen hoy día ser de Dios. Van a la iglesia, leen la biblia, tienen buena moral y hasta dicen lo que Dios dice, pero, sus corazones, están lejos de Dios
Muchos dicen hoy día ser de Dios. Van a la iglesia, leen la biblia, tienen buena moral y hasta dicen lo que Dios dice, pero, sus corazones, están lejos de Dios
En Jesús están todas las promesas para los que creen, la verdadera y eterna riqueza que no se puede corromper ni perder.
Jesús es el único y verdadero tesoro de incalculable valor que nunca se puede perder. Aunque todo el mundo desaparezca Él permanecerá firme y con Él todos los suyos.
Jesucristo logró una conquista definitiva de la salvación. Todo su pueblo, todos los que Él llama por el evangelio y oyen su voz y le siguen, reciben, como hijos, la herencia eterna
Cristo venció a satanás en cada tentación, al pecado en la cruz, a la muerte al resucitar. Él conquistó la salvación y la reparte a quien quiere.
Dios es el gran conquistador. Cada rey que se puso en su camino no pudo resistir a su poder.
Dios envió a Jesús, como poderoso Salvador, para derrotar a todos estos enemigos y darle descanso a todos los que creen en Él, los libra de todos los enemigos que les rodean y les da una herencia en Dios que nunca les será quitada, por eso, todos los que creen en Él, encuentran el descanso eterno de su alma.
Jesús cumplió con la tarea que Dios le mandó a hacer: terminar con todos los enemigos.
Dios anuncia una y otra vez que hay un solo nombre dado a los hombres en el cual pueden ser salvos, un solo camino, una sola esperanza: Jesús.
La palabra de Dios nos enseña que nuestros caminos son torcidos por naturaleza, inclinados al mal y que el pecado domina nuestras acciones.