Día: Martes
Tema: “En la batalla”
Lectura: Josué 23:4-10
Versículo clave: 10
Lectura de apoyo: Éxodo 14:14; 2ª Crónicas 20:17; Nehemías 4:20; Proverbios 21:31
Todo les había sido dado en sus manos, la tierra estaba sometida, pero aún quedaban enemigos que vencer. No debían temerles ni mezclarse con ellos sino que debían recordar que Dios siempre permanece con los suyos en la batalla y que Suya es la victoria.
Un hombre podría oponerse a otro, entrar en batalla y el más fuerte o inteligente podría llevarse la victoria. Las batallas entre hombres siempre tienen un vencedor, pero no siempre es el mismo. Sin embargo, ¿Cómo podríamos luchar con alguien cuyas fuerzas son infinitas, que con solo hablar puede derribar, alguien que jamás se cansa y que sabe lo que vamos a hacer antes que lo hagamos? ¿Cómo luchar con alguien que conoce aún mis pensamientos más secretos y cuya inteligencia y sabiduría son infinitas y eternas? No se puede, nadie puede luchar con Dios, nadie le puede vencer o asustar. Él es todopoderoso y va a hacer todo lo que quiera. Por eso los que están de su lado, junto con Él, siempre, eternamente, estarán seguros y confiados, nadie los podrá vencer. Pero aquellos que se oponen a Él viviendo en pecado y maldad aún en el corazón, un día estarán ante Él cara a cara y ya no habrá donde huir. El Dios de toda gloria hoy se está reconciliando con sus enemigos por medio de Jesucristo y su obra en la cruz del calvario y todos los que vienen a Jesús son salvados eternamente de la condenación y perdonados sus pecados. ¿Eres amigo o enemigo de Dios? Jeremías 20:11-12