- Lectura: Josué 8:30-35
- Versículo clave: Josué 8:30-31
- Lectura de apoyo: Romanos 12:1-2; Juan 4:24; 1ª Pedro 2:5; Hebreos 13:15
Dios le dio la victoria a su pueblo, y sin tiempo que perder, Él debía ser adorado y exaltado con gratitud por la victoria. La única forma de hacerlo correctamente es hacerlo según sus instrucciones, según lo que Él estableció. Dios está con su pueblo en la adoración.
Sólo Dios merece la honra y la alabanza, la gloria y el honor. Toda victoria le pertenece a Él. En Él está la bendición para los que creen y la maldición para los que rehúsan creer. Dios estableció un altar, no cortado con manos humanas donde ofrecerle nuestras vidas en sacrificio muriendo a nosotros mismos para hacer solo su voluntad. La única forma que la adoración le sea agradable es por medio de Jesucristo. Sólo estando en Él por la fe, podemos serles agradables. Fuera de Cristo, solo tendremos maldición y condenación. ¿Reconoces a Jesús como el único que siempre agradó a Dios? ¿Reconoces que sin Él solo te espera la condenación eterna? 2ªCorintios 5:14-15