- Lectura: Josué 7:2-5
- Versículo clave: Josue 7:3
- Lectura de apoyo: Salmos 50:21; Hechos 14:16-17; Romanos 1:21 y 2:16; Juan 2:24-25
El pueblo se confió, olvidó que el poder de Dios les había dado la victoria y ahora querían triunfar por sus propias fuerzas. No se examinaron, no vieron si Dios estaba con ellos, solo pensaron en sí mismos y por su orgullo fueron derrotados y muertos. Aunque iban a hacer algo que debían, olvidaron que debían hacerlo para Dios, se olvidaron de Él y olvidaron que Él es quien juzga las intenciones.
Cada hombre anda por sus propios caminos, viviendo como si Dios no existiese y pensando que nunca serán avergonzados por sus pensamientos. Los hombres piensan que podrán pararse delante de Dios y explicarle “sus buenas razones” para no escucharlo y no hacer su voluntad. Dios sabe lo que hay en el hombre, lo que piensa en su corazón y con qué intenciones hace todas las cosas. Un día Dios revelará todas las intenciones y todo lo que hoy está oculto se sabrá. Dios juzga las intenciones del corazón y los que no hayan querido tenerlo en cuenta y hayan confiado en sí mismos serán condenados. Jesús llevó en la cruz todos los pecados de los que creen en Él, los que se ven y los que no y sólo Él puede salvarte de la condenación. ¿Crees en la muerte de Jesús en tu lugar? ¿Crees en su resurrección para darte vida? 1ª Corintios 4:5